4/7/10

El Sistema Preventivo según Don Bosco

En contraposición a dicho sistema represivo, que Don Bosco conocía bien y que había sufrido ya como joven de su tiempo, nace la experiencia del sistema preventivo. Ante todo es necesario aclarar que Don Bosco desarrolló este pensamiento con muchachos difíciles al optar por los jóvenes marginales de una ciudad que como la Turín de la mitad del siglo XIX vivía su propia revolución industrial, atraía a niños y jóvenes campesinos empobrecidos y creaba situaciones extremas como pandillas juveniles, niños de la calle, delincuencia juvenil, explotación infantil y otros dramas. Por lo tanto, el sistema preventivo fue sometido en sus inicios a las realidades de punta y no concebido bajo condiciones favorables. Justamente hacia este tipo de jóvenes el sistema represivo estaba más que orientado y de hecho la visita de Don Bosco a las cárceles de Turín atestadas en la época de menores de edad le convencerían de ello.
Algunos elementos descritos por Don Bosco de su sistema preventivo son los siguientes:
El adulto-educador-formador debe ser una persona de vocación por el oficio educativo y no practicar esto como un mero oficio.
El joven nunca debe estar solo, sino sentirse siempre acompañado. La asistencia salesiana no es vigilancia o guardia de chicos, sino una presencia formativa y constructiva.
Las actividades lúdicas, recreativas, deportivas, artísticas, son esenciales en la formación del joven. En este sentido Don Bosco cita a Felipe Neri: "Haced lo que queráis, a mí me basta que no cometáis pecado",[7] que traducido en términos modernos implica la educación en la libertad responsable del joven y en el apoyo a sus talentos.
La práctica de piedad y la fidelidad a la propia religión y fe. Es de resaltar que Don Bosco, siendo sacerdote católico de un tiempo sumamente conservador en la historia de la Iglesia, no expresa ningún tipo de coerción o propaganda religiosa: "No se ha de obligar jamás a los alumnos a frecuentar los santos sacramentos; pero sí se les debe animar y darles comodidad para aprovecharse de ellos".[7] Este factor sería clave en la expansión del Colegio Salesiano en los cinco continentes y la bienvenida en países de de otras confesiones con un pensamiento que se adelantó cien años al Concilio Vaticano II.
El ambiente educativo debe ser cuidadosamente examinado de manera tal que se evite el ingreso de elementos nocivos para la formación moral y humana del joven. Don Bosco insistía en la elección de "buenas compañías", así como la selección de buenas lecturas y otras cosas.
Don Bosco también expone como parte del SPS las "Buenas Noches", un elemento nacido en el contexto de los internados salesianos, pero que después se traduciría también en los "Buenos Días", momento en el cual el director, rector o superior se dirige a los jóvenes con "palabras afectuosas en público (...) para avisarlos o aconsejarlos sobre lo que han de hacer o evitar".[8] Las Buenas Noches o su correlativa Buenos Días significaba una reflexión de lo que pasaba en la cotidianidad de la escuela y de las moralejas que de ello podría nutrirse toda la comunidad educativa. Y anotaba Don Bosco: "Aquí está la clave de la moralidad y de la buena marcha y éxito de la educación".[8]
Don Bosco resalta las consecuencias del sistema preventivo dentro de la educación del joven: el alumno ganará afecto por el adulto-educador-formador porque lo considerará más que un cuida-chicos, un Padre y un Maestro en el sentido más profundo del término. Así resumiría: "Procure el educador hacerse amar de los alumnos si quiere hacerse temer".[9] Todo niño, incluso el más díscolo, violento o indisciplinado, tiene siempre una esperanza y dentro del SPS este encontrará un espacio para cambiar, no por medio de la represión y los castigos físicos, sino del diálogo y el sentimiento de hacer parte de una gran familia educativa.
Ciertamente Don Bosco habla de las realidades que en la educación de su tiempo se vivían, pero que hoy pueden ser vistas aún incluso en sociedades de un supuesto desarrollo social.
Por otra parte, Don Bosco insiste en que los alumnos deben conocer muy bien los reglamentos y comprenderlos como parte de su caminar formativo. La norma no debe ser una sorpresa para el joven. (Wikipedia).

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