“Con muy buena onda”, como solemos decir cuando las cosas nos van saliendo bien, comenzamos esta semana los encuentros de catequesis familiar. Dado que este Boletín informativo fue a la imprenta antes del sábado, reservamos más detalles y la crónica con los nombres para el próximo. El primer grupo (que contaba con algo más de treinta chicos con sus respectivas mamás y algunos papás), se reunió el jueves a las 20:15. Nuestro encuentro lo iniciamos a partir del texto del Evangelio de San Juan (1, 35-42ª). Allí el autor recuerda su primer contacto con Jesús junto al Río Jordán. Con Andrés y otros jóvenes más que tenían una fuerte inquietud por no perderse la anunciada llegada del Mesías anunciado por los Profetas, los sorprendió una tarde el gesto indicador de Juan Bautista: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí –que traducido significa Maestro- ¿Dónde vides?”. “Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.” ¿Qué papel hicieron las mamás? ¿Quién, -quiénes- hicieron en esta oportunidad el maravilloso papel de Juan el Bautista para señalar al Mesías el Salvador ya presente entre nosotros? Fueron las mamás y los papás que trajeron a sus hijos: “Este es, hijo – hija, nuestro Salvador”. Fue el motivo fuerte para inscribirlos y traerlos a la Catequesis.
En la Iglesia de San Jorge se encontraron luego con Marcela, Leila, Claudio y el P. Antonio. Y todos repitieron la misma y feliz noticia a los chicos: “Este es el Mesías, el Camino, la Verdad y la Vida”. Jesús no echó a nadie. Sólo les repitió por medio de los catequistas la consabida pregunta: “¿Qué buscan?” Y es esa la pregunta que se llevaron todos a sus hogares. Esa pregunta de Jesús que tratarán de repetirse cada vez que se propongan preparar los encuentros en casa o traer a sus hijos al encuentro semanal, al concurrir el sábado o el domingo a Misa: “¿Qué queremos, qué buscamos para nosotros y para nuestros hijos?”
Difícil de resumirlo en una palabra.
Mejor será para todos repetir la respuesta - pregunta de los discípulos: “¿Dónde vives?”, de Juan y Andrés. De esta forma le estamos pidiendo a Jesús un tiempo para nosotros y una cercanía, un encuentro familiar, en casa, o sea, en un ambiente más íntimo.
Por eso podemos informar que la Catequesis, los encuentros con Jesús, no comenzaron sólo en el templo de San Jorge: fueron en más de cuarenta casas. Comenzaron en nuestra Comunidad. ¡Qué maravilla!
9/4/10
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