9/4/10

COMENZÓ LA CATEQUESIS EN NUESTRA COMUNIDAD

“Con muy buena onda”, como solemos decir cuando las cosas nos van saliendo bien, comenzamos esta semana los encuentros de catequesis familiar. Dado que este Boletín informativo fue a la imprenta antes del sábado, reservamos más detalles y la crónica con los nombres para el próximo. El primer grupo (que contaba con algo más de treinta chicos con sus respectivas mamás y algunos papás), se reunió el jueves a las 20:15. Nuestro encuentro lo iniciamos a partir del texto del Evangelio de San Juan (1, 35-42ª). Allí el autor recuerda su primer contacto con Jesús junto al Río Jordán. Con Andrés y otros jóvenes más que tenían una fuerte inquietud por no perderse la anunciada llegada del Mesías anunciado por los Profetas, los sorprendió una tarde el gesto indicador de Juan Bautista: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”. Ellos le respondieron: “Rabbí –que traducido significa Maestro- ¿Dónde vides?”. “Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.” ¿Qué papel hicieron las mamás? ¿Quién, -quiénes- hicieron en esta oportunidad el maravilloso papel de Juan el Bautista para señalar al Mesías el Salvador ya presente entre nosotros? Fueron las mamás y los papás que trajeron a sus hijos: “Este es, hijo – hija, nuestro Salvador”. Fue el motivo fuerte para inscribirlos y traerlos a la Catequesis.
En la Iglesia de San Jorge se encontraron luego con Marcela, Leila, Claudio y el P. Antonio. Y todos repitieron la misma y feliz noticia a los chicos: “Este es el Mesías, el Camino, la Verdad y la Vida”. Jesús no echó a nadie. Sólo les repitió por medio de los catequistas la consabida pregunta: “¿Qué buscan?” Y es esa la pregunta que se llevaron todos a sus hogares. Esa pregunta de Jesús que tratarán de repetirse cada vez que se propongan preparar los encuentros en casa o traer a sus hijos al encuentro semanal, al concurrir el sábado o el domingo a Misa: “¿Qué queremos, qué buscamos para nosotros y para nuestros hijos?”
Difícil de resumirlo en una palabra.
Mejor será para todos repetir la respuesta - pregunta de los discípulos: “¿Dónde vives?”, de Juan y Andrés. De esta forma le estamos pidiendo a Jesús un tiempo para nosotros y una cercanía, un encuentro familiar, en casa, o sea, en un ambiente más íntimo.
Por eso podemos informar que la Catequesis, los encuentros con Jesús, no comenzaron sólo en el templo de San Jorge: fueron en más de cuarenta casas. Comenzaron en nuestra Comunidad. ¡Qué maravilla!

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